Por el avance de la cepa de Manaos, América Latina registró en la última semana récords de contagios y muertes por COVID-19

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La variante de la enfermedad, conocida también como P.1, se ha extendido más allá de las fronteras de Brasil -el país más afectado de la región- y ha puesto al borde del colapso sanitario a otras naciones

Durante la semana que se extendió entre el 4 y el 11 de abril, América Latina reportó la mayor cantidad de contagios y muertes por covid-19 desde que comenzó la pandemia. Las cifras, que han crecido a un ritmo vertiginoso en numerosos países de la región, se da como consecuencia de la rápida propagación de nuevas variantes de la enfermedad.

La mayoría de esos contagios y muertes corresponden a Brasil, que tiene la población más grande de la región, pero también la mayor cifra de muertes per cápita de Latinoamérica.

La variante P.1, detectada por primera vez en diciembre en la ciudad amazónica de Manaos, ha llevado al sistema brasileño de salud al límite. Sin embargo, la variante ya ha cruzado las fronteras y puesto en jaque la infraestructura sanitaria de países limítrofes como Chile, Uruguay o Argentina.

Uruguay

Uruguay, que sorteó la primera ola del virus con cifras mucho menores a la de sus vecinos, reportó un promedio de más de 1.000 casos por millón de habitantes durante la semana pasada. El máximo en el mundo.

El pequeño país sudamericano es un caso único para analizar porque es el país de la región que más vacuna contra el coronavirus, pero también el que sufre más muertes por cada 100 habitantes.

Los números registrados en las últimas jornadas han llevado a superar a países de la región como Perú (9,92), Paraguay (8,69), Chile (7,17) o Brasil (6,96), y dejar muy lejos a Estados Unidos, con 1,41 por millón de habitantes. Uruguay acumula 560 fallecidos en los primeros 12 días de abril, lo que supone más del triple de los registrados hasta el 31 de diciembre de 2020, cuando el país sudamericano acumuló 181.

El Gobierno de Luis Lacalle Pou sigue apelando a la “libertad responsable” y no ha decretado confinamiento obligatorio. Actualmente, están suspendidas la presencialidad en las clases, las competiciones deportivas amateur y las representaciones de espectáculos públicos; hay cierre de clubes y gimnasios, de los ‘free-shops’ (tiendas libres de impuestos) en la frontera con Brasil y de los casinos bajo la órbita del Estado.

Además, está restringido el horario de bares y restaurantes hasta la medianoche y el ingreso al país solo está permitido, además de a uruguayos y residentes, a los foráneos que acrediten alguna excepcionalidad por motivos diplomáticos, económico-laborales o personales y bajo expresa autorización del Ejecutivo.Gráfico que muestra el crecimiento de casos y muertes por COVID-19 en América Latina. Fuente: BloombergGráfico que muestra el crecimiento de casos y muertes por COVID-19 en América Latina. Fuente: Bloomberg

Brasil

Con 13,5 millones de casos de covid-19 y cerca de 355.000 muertes, Brasil tiene un promedio de 3.124 fallecidos diarios durante la última semana, nuevo récord desde la irrupción del SARS-CoV-2, y una media de 72.000 contagios. El descontrol de la pandemia en Brasil ha llevado a los científicos a advertir sobre la posibilidad de que el país se convierta en un granero mundial de nuevas variantes, debido a las continuas mutaciones del virus.

El Gobierno francés se sumó este martes a la lista de países que han suspendido los vuelos procedentes de Brasil para intentar evitar la proliferación de la cepa llamada P.1, la cual es hasta tres veces más transmisible que sus antecesoras. “La situación en Brasil es absolutamente dramática y la peligrosidad de la variante en cuestión nos plantea dificultades reales”, advirtió el primer ministro francés Jean Castex.Viajeros caminan frente a la estación de tren de Constitución, en medio del aumento de casos de covid-19, en Buenos Aires, Argentina, el 8 de abril de 2021. REUTERS/Agustin MarcarianViajeros caminan frente a la estación de tren de Constitución, en medio del aumento de casos de covid-19, en Buenos Aires, Argentina, el 8 de abril de 2021. REUTERS/Agustin Marcarian

Argentina

En Argentina -donde circulan varias variantes del virus como la de Manaos o la del Reino Unido- , autoridades políticas y centros médicos de la capital y de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, advirtieron sobre la tensión que afronta el sistema sanitario por el brusco aumento de casos de covid-19 y consideraron que este es el peor momento de la pandemia.

De hecho, el país volvió a registrar este martes más de 27.000 contagios otro récord diario desde el inicio de la pandemia. Según indica el parte epidemiológico, de momento en Argentina hay 3.836 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 62,4% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), del 70,8%.

Ante esta situación, y la recomendación de los expertos médicos de aplicar medidas más duras de restricción, el gabinete nacional mantiene una nueva reunión de urgencia. De ella no saldrán medidas, pero sí una hoja de ruta más clara sobre cómo seguir en los próximos días.

Chile

En Chile la pandemia sigue sin dar tregua. El lunes sumó 5.718 nuevos casos de covid-19 y 35 muertes y registró una tasa de positividad nacional (número de positivos por cada 100 pruebas) del 11 %. ”La gente joven se está contagiando más e ingresando a las unidades de cuidados intensivos”, alertó el ministro chileno de Salud, Enrique Paris.

El país se encuentra a las puertas de un colapso sanitario, considerando que el lunes las autoridades reportaron una ocupación de las terapias intensivas del 97%. Pese a haber cuadruplicado su capacidad para pacientes críticos desde el inicio de la pandemia, el incremento reciente de casos ha llevado a que, de las 4.158 camas totales, solo queden 135 disponibles.

La composición de la ocupación ha variado con respecto a la primera ola. Según informó la secretaria de Salud, Paula Daza, el 70% de los nuevos ingresos tienen entre 20 y 59 años. En contraste, los mayores de 70 años muestran una “baja sostenida” que se atribuye a la rápida campaña de vacunación en el país andino.

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